Su pasión por las joyas llegó a tal punto que Callas las veía como un talismán, unión de lo físico y lo espiritual.
Le eran imprescindibles cuando salía a escena y con frecuencia viajaba con una enorme maleta llena de ellas.
Lucía casi con exclusividad joyas de Atelier Marangoni que se hizo popular en el periodo de la posguerra por sus creaciones y siempre insistió en utilizar cristales de Swarovski y las perlas falsas más refinadas.
Joyas en Escena' tuvo su exitosa y esperada presentación en agosto de 2003 en Verona. Después, más de un millón de personas contemplaron las piezas en Milán. Reanudo su viaje en Montecarlo, con un éxito absoluto de visitantes y termino en Parma, Italia. En 2005, la colección viajó hasta la Ópera Estatal de Viena en Salzburgo y, la Royal Opera House, Covent Garden de Londres, donde se expuso hasta enero de 2006. De allí prosiguió hacia Praga y en América Latina triunfó en Buenos Aires, antes de llegar a la Metropolitan Opera House de Nueva York, finalmente Japón.
Se prevé que la exposición que ha pasado por los principales museos y óperas del mundo, y ahora permanecerá en Barcelona, ya ha sido vista por mas de cuatro millones de personas.
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